Habitualmente, cuando hablo de mi actividad como consultor de banca personal e insisto en la importancia de la planificación financiera, me encuentro con actitudes y argumentos como: no tengo tiempo para estas osas, esto no es seguro y ya estoy harto de perder dinero, ahora hay crisis y no es un buen momento. Es decir, pasividad, miedo o parálisis. Estos tres sentimientos que tienen la mayoría de los ahorradores se puede resumir en uno: desconocimiento.
El desconocimiento de cómo ahorrar en esta vida es generalizado, sea cual sea el nivel cultural. Desde altos directivos de multinacionales hasta sencillos trabajadores.
Habitualmente, mi actividad se centra, al menos en una primera fase, en aportar un poco de luz y conocimiento.
Por este motivo hoy titulo mi post “el riesgo de no hacer nada” y pretendo de manera sencilla, quizás hasta simplista, pero rotunda, hacer notar la magnitud de este riesgo que sin temor a equivocarme de mucho se puede cifrar alrededor del 40% de todos los ahorros de una vida. Esto es lo que según mis cálculos llegamos a perder por no
utilizar la planificación financiera personal. Por estar dominados por la pasividad, el miedo o la parálisis. En definitiva, por no hacer nada.
Los dos grandes enemigos del ahorro son: la inflación, y la fiscalidad . Voy a plantear los efectos de cada uno de estos enemigos y los voy a
cuantificar.
1.- La Inflación: es el efecto de la subidas de precios o dicho de otra manera de la devaluación de mi ahorro, de la pérdida de valor. No se ve, pero está, año a año minando nuestro patrimonio.De los datos históricos de inflación en España de los últimos 10 años, se desprende una inflación media anual del 3,04%. Es decir una TAE del -3,04%. Unos ahorros de 50.000 € en 2.002, valen un 30,4% menos en 2.012 por efecto de la inflación. Habré perdido 15.200€.
2.- La fiscalidad: los ahorros están gravados con el impuesto sobre la renta. Este impuesto se sitúa históricamente alrededor del 20%. Por ejemplo, ahorrando mediante depósitos a plazo de 12 meses durante 10 años, llegamos a perder el 7% de este capital. De 50.000 €, perdemos 3.400€ en impuestos.
Utilizando la fórmula del interés compuesto, este -3,75% derivado de los efectos de la inflación más la fiscalidad, se convierte en una devaluación del 78,32% al cabo de toda una vida de 40 años ahorrando.
Sin embargo, durante su vida, el ahorrador si puede llegar a superar esta devaluación estructural aunque de manera discontinua. Lo normal, es que las inversiones se hagan sin un sistema y por tanto durante las fases en las que no hacemos nada, la devaluación vaya haciendo mella.
Suponiendo que se tenga algún sistema de ahorro, dependerá de la bondad de éste, el que la devaluación sea mayor o menor. Ahí que cada cuál juzgue como lo está haciendo. Lo habitual es no tener sistema.
Pero cuantifiquemos esta pérdida. El periodo de generación de los ahorros de toda una vida puede situarse en unos 40 años. Supongamos a un ahorrador medio, que incluso durante la mitad de estos años, ha obtenido rendimientos reales por encima de la inflación. El ahorro real devaluado habrá sido fácilmente del orden del 40% de su capacidad potencial.