El indicador de solvencia financiera mide la capacidad que tiene la familia para hacer frente al pago de todas sus deudas si se vendieran todas sus propiedades. Evidentemente en caso de ser inferior a 1, la familia seria declarada insolvente. Sin embargo se considera que el nivel mínimo para este indicador debe ser de 1,5.
El indicador de solvencia representa la relación entre el valor de la totalidad de las propiedades familiares, Activo Total, y la totalidad del importe adeudado a sus acreedores (hipotecas, otros préstamos y créditos), el Pasivo Total.
Se calcula con la siguiente fórmula:
Activo Total ------------- ≥ 1,5 Pasivo Total
Históricamente se ha utilizado este ratio para analizar la situación financiera de las empresas como indicador de alarma ante una posible quiebra, suspensión de pagos y concurso de acreedores.
Pero las familias también pueden
entrar en quiebra, siempre ha pasado. No ha sido hasta la gran crisis financiera de 2008-2014 que en España se ha considerado una ley específica para las insolvencias de particulares. La ley 25/2015, de 28 de julio o Ley de Segunda Oportunidad. Por lo tanto el problema existe y le puede afectar a cualquiera si no cuida sus finanzas adecuadamente.
¿Cómo puede evitarse la insolvencia?
Pues la única manera es teniendo especial consciencia a la hora de endeudarse. No querer abarcar más de lo que sea razonable. Teniendo claro que la deuda es un riesgo y que la deuda nos resta libertad. Ser esclavos de la deuda es una de las peores situaciones en las que uno se puede encontrar y por tanto se debe evitar a toda costa. Como principio general, la deuda nunca debería ser superior al 0,65% del valor conjunto de tus propiedades.
Hay pocos casos en los que se pueda justificar el endeudamiento hasta estos límites, como por ejemplo el destinado a la compra de tu primera vivienda. En este caso lo normal es no disponer aún de un colchón financiero elevado. Sólo con un análisis previo de nuestra capacidad de endeudamiento, (indicador de endeudamiento del que hablo más adelante), se puede justificar llegar a esos límites de deuda. Así mismo recomiendo, en cuanto sea posible, trazar un plan para amortizar esa deuda de la manera más inteligente posible.
Otro aspecto fundamental que podría evitar muchos problemas de insolvencia familiar es contar con un seguro de vida que cubriera el pago de la deuda en caso de muerte o incapacidad para generar ingresos futuros (invalidez, enfermedad grave, etc). Incluso, sin deudas, cualquier cabeza de familia con responsabilidades debería disponer de un seguro de vida que garantizara el capital equivalente de un mínimo de 5 años de gastos familiares.