Indicadores de salud financiera (IV): El indicador de emergencia

El indicador de Emergencia nos viene a decir cuantos meses de gastos fijos y obligatorios podemos aguantar sin ingresos activos. Se mide en meses. Nos indica por tanto aquel colchón de seguridad que toda familia debería tener apartado para casos de emergencia. Este dinero no debe estar en la misma cuenta corriente que se utiliza para los gastos familiares.

La cuantificación de un indicador mínimo es más difícil de definir ya que dependerá de la estabilidad de los ingresos de cada familia. Así, una familia con dos aportadores funcionarios podría tener un indicador más bajo que otra donde sólo haya un aportador y este sea autónomo con ingresos mensuales fluctuantes y poco predecibles.

En el primer caso, más que un cálculo,  suele ser más fácil pensar en el colchón de emergencia que se debe tener apartado para solventar un gasto imprevisto. Por ejemplo, la reparación del automóvil, la compra de otro lavavajillas, etc.

En el segundo caso podría ser perfectamente necesario disponer de un capital mínimo de 6 meses de gastos familiares fijos obligatorios.

La fórmula sería:

Formula I emergencia

El primer objetivo de cualquier familia debe ser alcanzar cuanto antes el Fondo de Emergencia que les dé seguridad. Esta cantidad de dinero debe estar fuera de la cuenta corriente, colocado en una cuenta remunerada, un depósito a plazo o bien en un fondo monetario. Es la parte del patrimonio financiero familiar con visión a corto plazo, pues en cualquier momento puede ser necesario recurrir a ella total o parcialmente. No se debe pues invertir en productos financieros sometidos a la volatilidad del mercado. Tampoco esperemos obtener rentabilidades reales positivas, es decir por encima de la inflación y los impuestos. Por este motivo, el capital del fondo de emergencia tampoco debería ser la parte mayoritaria del ahorro familiar.

Tristemente, en España, las familias colocan la mayor parte de sus ahorros en activos sólo adecuados para este colchón de emergencia, en activos con visión de corto plazo, cuentas corrientes y depósitos con rentabilidad real negativa. Esta circunstancia representa una pérdida de su capacidad adquisitiva futura enorme. Una auténtica lacra social debida al miedo irracional a perder dinero consecuencia de la escasa cultura financiera que pretende mitigar un servidor.

Indicador emergencia